Ciencia ficción sudaca, política y anti-apocalíptica. Un recorrido por la escritura de Michel Nieva

marzo 16, 2025

Por Manuel Fontenla

 

  1. En el Año 2272.

 

El Gran Deshielo, ya se ha producido, los glaciares, al menos sus pedacitos, se exhiben en Museos bien refrigerados, como parte de la historia de aquella época llamada Holoceno[1]. El invierno y la nieve, son también, reliquias del tiempo, parte de historias que todo el mundo conoce, pero que en ese 2272 nadie ha vivido. Ese futuro, que hoy, en 2024 es anunciado en el IPCC por los científicos de todo el mundo como probable y posible debido al calentamiento global, aquí en el 2272, muestra la geopolítica del hemisferio sur divida en dos grandes masas terrestres, por un lado, el Caribe Pampeano, y por el otro, el Caribe Antártico. En estas dos geografías futuristas, pos-apocalípticas en lo que al clima refiere, se da la increíble (por ahora) historia del Niño Dengue, que nos trae “La infancia del Mundo” (2023), la reciente novela de Michel Nieva publicada por Anagrama.

Con el Gran Deshielo y el derretimiento de los polos, mucho ha cambiado y otro tanto ha permanecido igual. Lo que antes solía ser la Patagonia, con sus maravillosos bosques, lagos y montañas, hoy yace en el fondo del Archipiélago Patagónico. Un mar sobre el que salen algunas pequeñas islas, que alguna vez fueron cumbres de la cordillera de los Andes. La pampa, otrora centro de un vasto y largo país, es ahora, la costa, el límite terrestre donde empieza el mar. Buenos aires, yace bajo el agua, Uruguay por supuesto que también, mucho más al norte, Nueva York, es un gran acuario submarino.

En este presente, prodigio de geoingeniería planetaria, de Pinamar Antártico a Nuevo Mar Azul son el Mar de Weddell y el Mar de Bellinghausen, los refrescantes piélagos que bañan las costas este del Caribe, mares emblemáticos por ser los únicos en la Tierra que aún no arden a temperaturas hirvientes. Al ser el promedio terrestre de 90° y los máximos de hasta 200 °C, se calcula que, en algunas regiones como California o Medio Oriente, a temperatura ambiente un pavo demora cerca de veinte minutos en rostizarse y un huevo menos de un minuto en freírse. El Caribe Antártico, en cambio, es uno de los pocos abrigos del gran sauna del mundo, con unos agradables 40 °C de media anual.

Ahora bien, en esta nueva geopolítica planetaria, hay cosas que no han cambiado, y el mundo, que sigue siendo más que nunca un mundo hipercapitalista y consumista, sigue gobernado (al igual que hoy) por el gran poder de las transnacionales. En este caso, ya no son los alimentos vueltos commodities, los dólares, las deudas al FMI, las guerras por el agua o el petróleo las que han configurado el presente. En el 2722, la Bolsa de Valores de la Pampa, se mueve al ritmo de un único y poderoso índice, el de las Viro-Finanzas, el célebre IVF (Indicador de Virus Financiero), un índice que, digitado por monumentales computadoras cuánticas (…) es capaz de determinar con un 99,99% de efectividad cuál de estos virus desataría una nueva pandemia. Así de pandemia en pandemia, con una capacidad cuántica y asombrosa de producción, las compañías farmacéuticas se han apoderado prácticamente de la economía mundial. Junto, por supuesto, a las de geoingeniería en terraformación: tales como ASI (Ascensión Industries and Solutiones, la reconocida multinacional de geoingeniería plantearía (dueña de YPF y de Influenza Financial Services), o el Ebola Holding Bank.

Además de las virofinanzas, el segundo gran imperio económico es el del turismo. Y no cualquiera, sino el turismo de ultra lujo, exclusivo para deleitar los placeres de los ultra millonarios sobrevivientes. Y entre ellas, destaca sin duda, la empresa Grandes Cruceros del Invierno, el caribe antártico es además refugio de cientos de paradisiacas playas vírgenes, que pueden ser visitadas en cualquier momento del año gracias a… la afanada línea de lujo con una flota de más de cincuenta barcos que recrean en un ambiente inmersivo la fría estación desaparecida de la tierra y su materia más elemental: la nieve, los glaciares y los icebergs. La propuesta curatorial empezaba en el subsuelo del barco, donde se recreaba el fin del Pleistoceno en un enorme frigorífico con mamuts y mastodontes robóticos, y en el que el juego apto para toda la familia era prender un fuego con palos y piedras antes de que los prehistóricos mamíferos atacaran. Después, los niveles ulteriores ofrecían variadas experiencias del invierno holocénico: entre las historias se encontraban invadir con un barco vikingo ciudades escandinavas donde se podía matar, saquear y violar, o bien cruzar los Andes con el caballo blanco de San Martin, mientras que en los pisos de entretenimientos generales había pistas de esquí, cámaras de frio en las que se recreaban con rayos laser la aurora boreal y la astral, y otras donde experimentar las distintas precipitaciones de agua que ocurrían durante el invierno: nieve, granizo, además de un enorme iglú con cine al aire libre, casino, spa, carrusel, bar de cocteles y un restorán de sushi y BBQ, entre otras atracciones de la hibernación que las publicidades del crucero aseguraban recrear a la perfección.

 

I. Ciencia ficción más historia, una propuesta político-argenta.

Tal vez, una de las frases más trilladas y a la vez más cierta de los últimos 30 años, sea la que escribió Frederic Jameson, sobre que “es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo”. La frase, sigue teniendo un éxito y una verdad muy contundente, porque efectivamente vivimos una época de crisis sistémica tanto como de crisis en la imaginación política. ¿Cómo imaginar el futuro en 200 años? ¿Cómo será la Argentina luego de que se derritan los polos? ¿Qué será de nuestra sociedad, sus clases, su economía, su Estado, los tipos de trabajos que habrá? ¿Cómo y dónde se darán las nuevas vidas pos-calentamiento global?

Todas estas preguntas, son imaginadas en la reciente obra de Michel Nieva que trae una enorme potencia de imaginación política, crítica y sobre todo, cínica e irreverente.

Lo hace, por un lado, recurriendo más a la continuidad entre presente y futuro, que a la ruptura total entre un presente contemporáneo y un futuro distópico pos-apocalíptico. Este, es sin duda, un punto original y muy rico de su ficción anti-apocaliptica que se nutre, por un lado, de algo tan propio a nuestra literatura como la historia nacional (la de los unitarios y federales, la de Sarmiento y Roca, la del genocidio en la conquista del desierto, la del peronismo); y por otro lado, de algo más bien ajeno a nuestra literatura, como es la ciencia ficción contemporánea, el cambio climático, las problemáticas ambientales y el capitalismo financiero de las transnacionales actuales. Es que, como explica Michel Nieva, que además de escritor es docente e imparte charles sobre literatura y ciencia ficción, suele negarse que exista algo así como una literatura de ciencia ficción propia de argentina o incluso de latinoamericana. Esto sucede principalmente por dos motivos, o porque se cataloga la ciencia ficción como una temática de carácter universal, sin situacionalidad geográfica ni referencias culturales explicitas, o bien, porque se la asocia al lugar de mayor producción (impresión, divulgación, lectura) de este género, a saber, los Estados Unidos.

Ahora bien, esta ciencia ficción política no se alimenta solo de creatividad. Michel, es un profundo lector de no solo de la tradición y del género, sino también, del campo de la Terraformación, donde destacan las discusiones abiertas por la obra de James Lovelock en su teoría GAIA y retomada de manera muy sugestivas por filósofos como Bruno Latour en “Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de posiciones apocalípticas”. En ambos hay una coincidencia, alejarse de las posiciones apocalípticas, pero no como un gesto negacionista de la gravedad que nos augura el futuro, sino como un llamado a una acción posible en el presente. En esta dirección Latour señala como un punto fundamental de la imaginación política, abandonar la idea de “crisis” para enfrentar este momento. Para él, las transformaciones (destrucciones) que suceden en nuestro planeta no pueden ser comprendidas en términos de una “crisis ecológica”. La idea de crisis refiere a un momento, un episodio. Una crisis es el tránsito entre dos estados normales, una crisis no puede ser por definición algo permanente. Una crisis es algo que pasará. Por el contrario, para Latour, lejos de una crisis ecológica nos encontramos frente a “una profunda mutación de nuestra relación con el mundo”. Y esta mutación no es pasajera, es y será definitiva. ¿Podemos imaginar ese cambio, esas nuevas relaciones con el mundo? ¿Cómo explicar esta mutación? Estas son las preguntas que aborda La infancia del mundo, y lo hace de una manera latouriana, es decir, no desde el paradigma de la crisis terminal, sino desde una suerte de “normalidad” en la que los personajes y escenarios nos van envolviendo casi sin darnos cuenta. Pero por supuesto, una normalidad que deja traslucir en cada rincón la monstruosidad del mundo que ya está deviniendo. La narración, la estética, los escenarios, la capacidad inventiva de lenguaje que despliega Michel en la profusa ontología que proponen sus historias, no traslada el presente al futuro, no proponen un viaje hacia “adelante”, un salto a conocer el futuro, como si pudiésemos por unos segundos especiar por el aguajero negro del universo. No, el proceso, es exactamente el inverso. Michel, trae el futuro al presente, nos obliga a vivir por un ratito, un presente distópico, una normalidad futurista. Bajo esta clave, La infancia del mundo, se puede definir, por excelencia, desde aquel concepto freudiano de lo “Umheimlich”: aquello que es siniestro y aterrador de una manera que resulta extrañamente familiar.

 

II. Infancias y legados

Cristianos vs Indios, es el videojuego por excelencia del futuro donde transcurra la historia del niño dengue. El único videojuego de circulación nacional, el más vendido y por supuesto, el más deseado por todos los jóvenes. Cristianos vs Indios, no es solo un increíble y ultra desarrollado juego de realidad virtual, es también, una identidad, una elección, un devenir clase o raza, un sujeto político que se construye desde la más tierna infancia, a base de despellejar cráneos ranqueles o destripar curas, en las inabarcables tierras patagónicas.

René se agazapa entre los pajonales a la espera del malón, y cuando aparece, envalentonado, uno a caballo, aprieta el gatillo. El plomo impacta justo entre los ojos del indio, quien cae hacia atrás, aunque su caballo, atizado por el estruendo, prosigue aterrado el galope.

¡Le diste en la cabeza! ¡Ganaste 1000 puntos!

René calcula que ya lleva cinco horas resistiendo el embate del malón sobre el pueblo, y que no debe faltar mucho para que salga el Sol, cuando de pronto la interrumpen gemidos de queja y agonía: no sabe cómo, pero el Indio con el pecho agujereado chilla y resopla, y sus gritos alertaran al resto del malón. No hay tiempo de recargar el rifle. René se levanta a los tumbos entre la maleza para reventarle la cabeza con la culata, y le llega a estampar un escopetazo en la boca que le desgrana dos o tres dientes cuando de pronto la niñera de René, la chocolatada esta lista, René, la chocolatada, que la sacude y con voz dulce insiste y la arranca de su ensañada matanza. En menos de un segundo, René es desterrada de la guerra de frontera del siglo XIX, de la descomunal planicie vertiginosa y regresa al año 2722, al Caribe Pampeano, como bien puede verificar por el enorme ventanal de su pieza que desde el piso 367, convida la magnífica vista del mar…

Como en cualquier otra realidad, la violencia en la infancia, y entre las infancias es también parte del futuro. Al fin y al cabo, el principal motor de esta historia es el dolor de un niño. El dolor del niño dengue, las dificultades de su existencia de niño mutante, de hijo mutante de una madre no mutante y de un padre desconocido. Las dudas existenciales de un niño dengue mutante, un niño objeto del más cruel bulling, de la más punzante diferencia, de un racismo nuevo, especista sobre lo humano, que “les niñes”, pródigos siempre en la creatividad del insulto, exploran con maravillosa elocuencia. Así como no hemos podido erradicar el capitalismo en los futuros posibles, parece que tampoco hemos podido solucionar la violencia racial de las escuelas y las colonias de verano, donde el niño dengue intenta socializar sin mucho resultado.

La infancia del mundo, es por ello también, una pregunta por las infancias que habrá en el mundo futuro, y los legados que ha ellas les dejamos. Justamente, el videojuego, nos dispara preguntas bien concretas. En doscientos años más, ¿seguiremos reviviendo la violencia de la conquista, la falsa guerra de Cristianos vs Indios? ¿Cuánto más habremos de legar el odio racista entre criollos y nativos? ¿Cuánto más de una cultura extranjerizante y racista sobre lo propio? ¿Cuántos presidentes más, que idolatren a los Españoles venidos en barcos y a los Sarmientos derramadores de Sangre? ¿Cuántos siglos de educación “nacional” habrá que soportar para desterrar de los imaginarios sociales, la más primigenia grieta social, de barbaros y civilizados?

 

III. La irreverencia y el humor como renovador político.

Tal vez uno de los problemas, o desafíos comunicativos que enfrenta el ambientalismo frente al futuro, es generar conciencia sin apelar a discursos, o bien moralistas, o bien apocalípticos o bien culposos. Todos los cuales, conducen más a la inacción y la resignación que a la lucha por un futuro real y posible. Por ello, el elemento más valioso que podemos encontrar en los ensayos, cuentos y novelas de Michel, es su irreverencia y humor. No solo en sus ficciones sino también en sus ensayos. Y he aquí, otro aspecto sobresaliente en su escritura. La retroalimentación de géneros que ha logrado tramar, nos muestra, que no se trata de usar información científica en las ficciones, o que los ensayos tengan la creatividad de una prosa literaria. Más bien, en la fluidez de la escritura que nos propone, uno se olvida por momentos de los registros, y lo que empezó leyéndose como un ensayo, rápidamente toma ribetes y formas de una novela o un cuento. Para este proceso, es fundamental la ironía, el humor, el carácter irrisorio de su escritura, y especialmente la irreverencia, para provocar y meterse con todo aquello “santificado” en la cultura nacional. De ahí que, en la obra de Michel, se puedan mezclar un Sarmiento Zombi, un Perón hermafrodita, una Argentina devenida tiranía mundial, y un gaucho-robot que puede ser sirviente tanto como sodomizador de la oligarquía pampeana. Esta última es una de las posibilidades que nos sugiere la opera prima de Michel Nieva, ¿Sueñan los gauchoides con ñandúes eléctricos? (Santiago Arcos editor, 2013). Este libro, contiene como relato principal, el que lleva por título, junto a otros cuentos, y a su vez, reversiones del final y del metamundo, de Sueñan los gauchoides… En estos finales, encontramos que Michel, no solo explora con la iconografía literaria argentina, sino que traza una búsqueda propia en la forma. Crea mundos, juegos de palabra, guiños que sirven como puertas giratorias para entrar y salir de un cuento a otro. Entra y sale de sus propias fabulaciones, como sus personajes entran y salen de mundos, metamundos, realidades virtuales y fantasías históricas. Esta búsqueda, encuentra puntos maravillosos cuando se abre a otras plataformas materiales y estéticas. Como cuenta Michel en sus presentaciones, ¿Sueñan los gauchoides…?, dio el salto de libro, a videojuego, al estilo de Elige tu propia aventura. La propuesta, invita a una continuidad pos lectura, que puede desenvolverse en el juego on-line “elige tu propio gauchoide”, al que se accede libremente en: https://www.pungas.space/gauchoide/

Para finalizar, el año pasado, salieron a la venta dos conjunto de ensayos “Tecnología y Barbarie” y “Ciencia ficción capitalista” (ambos por Anagrama en 2024). Allí, podríamos decir, nos podemos adentrar en el archivo teórico de Michel Nieva. Recorrer sus pesquisas históricas y literarias en busca de más pistas para recorrer el mundo de sus novelas y cuentos. Este recorrido (que no pretende ser exhaustivo sobre la reciente e incatalogable obra del joven escritor argentino) es tan solo un llamado a su lectura, no por el solo goce y placer de la lectura como fin en sí mismo, sino porque nos urge encontrar nuevas estéticas y políticas para pensar los futuros por venir. No desde una imaginación “flashera” y “alocada”, sino desde una construcción situada, políticamente contextualizada, abordada desde la cultura local y nacional, desde nuestras deudas históricas y políticas, desde los desafíos no solo climáticos, sino raciales y clasistas. Para esa búsqueda, la obra de Michel Nieva nos trae mares de frescura imaginativa y de mucho de la tan necesaria incorrección política que requiere toda nueva generación intelectual para luchar contra este presente enquistado y agotado que nos sofoca.

[1] Todo lo escrito en itálica, son fragmentos de las novelas y escritos de Michel Nieva.

 

Manuel Fontenla es Licenciado en Filosofía (UNC) y Dr. en Estudios Sociales de América Latina (UNC-CEA). Se desempeña como profesor a cargo de las cátedras de Pensamiento Indígena y Latinoamericano y Filosofía Latinoamericana, ambas en el Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Catamarca. Y como docente de posgrado en el Doctorado en Estudios Sociales y Políticos Regionales (UNT-UNLAR-UNSE-UNCA). Se ha desempeñado como docente en cursos de posgrado en varias universidades del país y el exterior. Recientemente ha dado conferencias internacionales en la Universidad Autónoma del Estado de México (México), Universidad Complutense de Madrid (España), Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann. Tacna (Perú). En 2024 publicó su libro Rebeliones Indígenas en los Valles Calchaquíes. Aportes para una enseñanza crítica de la historia indígena (El Guadal editorial). Es co-director de la revista “Intersticios de la Política y la Cultura. Intervenciones Latinoamericanas”.
Articula su labor docente y de investigación junto al activismo territorial en la provincia de Catamarca como integrante de la red de asambleas socio-ambientales PUCARA.manuruzo[SIGNO]gmail.com

 

Suscríbete a nuestro Newsletter


Previo

Artículo: Sobre la recurrencia de los Neorreaccionarios – Yuk Hui

Próximo

Variaciones sobre la técnica. Parte 1.

Latest from Ensayos

Go toTop